domingo, 24 de junio de 2012

Orfeo y Eurídice

Orfeo pasó por muchas historias duras, para poder convertirse en el héroe que era, aunque le ayudó el ser hijo del dios del sol y de las artes, pertenecía a la Corte y era de la alta nobleza, tocaba la lira, un instrumento, la cual la tocaba mejor incluso que los dioses, la tocaba cada vez que podía, con ella amansaba hasta a la fiera más bestial.
Orfeo llegó a un hospedal ,con sus lacayos, en la región de Tesalia, una región de Grecia hermosa, muy boscosa, y con una llanura de amapolas, donde estaban las ninfas que se ocultaban en el bosque si veían peligro, pero normalmente estaban por la llanura. Orfeo se quedó toda la noche en el hospedal. A la mañana siguiente, salió rumbo a los bosques para pedir a las ninfas la perla de Pandora, una perla que la primera mujer  creó como regalo a Zeus para que le dejara quedarse en la tierra con su amado, Epimeteo, que luego  el rey de los dioses daría a las ninfas, este objeto lo quería para coleccionarlo en la Corte en la que vivía, como reliqui. Pasaron por el bosque de las Gorgonas, seres mitad mujer mitad serpiente, de las cuales la más famosa de ellas es Medusa, esta no era una gorgona en un principio, pero por su arrogancia, Atenea, la diosa de la guerra, la transformó en ese ser, sus pelos se transformaron en serpientes y a todo a quien mirara lo transformaba en piedra. Caminaron por un paso entre el bosque donde había muchas estatuas, de guerreros que habían luchado con esos monstruos, pero por suerte, el héroe Perseo les había cortado ya hace tiempo la cabeza, pero en el bosque estaba un peligro aún peor, el dragón de roca, era la antigua mascota de las gorgonas, era pequeño cuando murieron sus dueñas, y creció con rabia a los héroes como Orfeo. Sus lacayos caminaban silenciosamente para no hacer ruido y no atraer al monstruo. Orfeo notó como unos ojos le miraban, desde la penumbra del bosque, cuando derrepente, un chirrido se oyó y el dragón que salió de entre los árboles se abalanzó sobre ellos,era aquel dragón, los seguidores del noble sacaron su espada, combatieron ferozmente contra el monstruo, Orfeo, sacó también su espada y ayudó como pudo a sus lacayos. El dragón parecía imposible de vencer, su rabia era inaplacable, en uno de sus coletazos, le dió a Orfeo, y su espada se partió en dos, todos ellos sabían que no podían vencer, el apolíneo sacó su lira, como último intento, tocó una bella serenata, y el dragón empezó a quedarse profundamente dormido, los lacayos de Orfeo, fueron a matar al lagarto gigante, pero su amo les detuvo. Tras pasado todo esto siguieron su camino hacia la pradera, ya pasado un buen rato dentro del espesor del bosque, avistaron una luz, y una energía muy serena, salieron del bosque y vieron el esplendor del prado y se quedaron atónitos del lugar donde las ninfas del bosque estaban. Orfeo fue a hablar con la reina de las ninfas, mientras hablaba con la reina, una ninfa de largos cabellos rojizos, vió al lado de la reina a una ninfa de la cual se quedó prendido a primera vista, interrumpió a la reina, y preguntó el nombre de aquella muchacha, ella contestó timidamente, "Mi nombre es Eurídice", Orfeo miró los ojos de la ninfa, y con un galante vocabulario, le echó un piropo, la ninfa se rió. La reina aceptó darle la perla, pero Orfeo estaba más interesado en otra cosa, se tumbó en el suelo y entonó con su lira una sonata en re mayor  y cuando acabó, pidió a la reina la mano de su plebeya, ella aceptó, pero una voz de fondo chilló, no la "conseguirás hasta que me venzas", se trataba de Aristeo, un cazador que se había enamorado hace tiempo de la ninfa, pero la reina porque sabía que era un impresentable, la reina promulgó un combate, y el que ganara se casaría con la ninfa, los dos aceptaron y comenzó la justa. Aristeo no tardó mucho en caer ante la maestría de su oponente con el arte del combate a espada, Aristeo quedó muy mal herido. Días después Eurídice se casó con Orfeo y éste consiguió obtener el tesoro de la perla.
Fundaron tras casarse cerca de donde vivía la ninfa un nuevo establecimiento de la Corte, para que la muchacha pudiera visitar su hogar y no añorarlo desde la lejanía y no volver a ver su hogar. La ninfa visitaba normalmente cada vez que podía los bosques por los que solía pasear y a sus compañeras, en una de estas visitas, se encontró de nuevo la ninfa con Aristeo, éste se le puso enfrente con arrogante postura y mirada penetrante, la amenazó con que dejara a Orfeo o la violaría y tendría un hijo de él y así desonrraría su linaje. Ella se negó, el cazador la agarró y se la llevó a su cabaña en la mitad del bosque, siempre con cuidado de no encontrarse con el dragón. Cuando estaban frente a la casa de Aristeo, Eurídice consiguió safarse dando patadas al cazador, corrió lo más rápido que pudo lejos del que la raptí, cuando derrepente se encontró defrente con una cobra, Eurídice se detuvo del terror, la serpiente como autodefensa se le lanzó la mordió y ella sufrió en el suelo los efectos del veneno de aquella serpiente. Orfeo, desde la Corte se extrañó de la tardanza de su esposa, mandó a sus lacayos a buscarla para saber si estaba bien. Horas después, sus seguidores trajeron el cuerpo sin vida de la mujer, Orfeo se entristeció enormemente, salió corriendo de su hogar, y se sentó debajo de un árbol, mientras entre los llantos y el sonido de su lira se lamentaba por la muerte de su esposa, tocaba melodías tan tristes que los vientos se apaciguaban y los dioses bajaban para oir sus serenatas. No aceptando la muerta de sus esposa, y decidido a hacer lo que sea por recuperarla, rodeó él solo el río Jonio para llegar a las cercanías de la Laguna Estigia donde al lado de esta laguna está  la entrada al reino de Hades, dios de los muertos, quien era el único que podría devolverle a Eurídice. Este reino llamado más comúnmente El Inframundo, está plagado de seres oscuros y monstruos que te destruirían y te comerían las entrañas. Acompañado de una espada de plada y de su lira, Orfeo entró por la puerta que conducía hacia ese lugar. Solo al entrar ya se notaba el olor a muertos, la penumbra de aquel lugar era extremadamente tenebrosa, pero el héroe decidido a conseguir lo imposible siguió su camino. Llegó a orillas de uno de los ríos del infierno, plagado de almas, si caías a las aguas las almas te ahogarían. Orfeo no sabía como pasar las aguas, cuando vió una embarcación con un hombre subido en ella encapuchado, se trataba del barquero de Hades, Caronte, solo llevaba al otro lado del río a almas para su juicio final y si le dabas una moneda de oro, Orfeo que solo llevaba una lira y una espada, le ofreció al barquero una melodía de su instrumento, Caronte satisfecho por la bellísima serenata la cual pudo ver, dejó que se montara en la embarcación, lo llevó al otro lado de las aguas, donde estaba la entrada al hogar de Hades, custodiado por una bestia tan despiadada que hasta los dioses temen. Llegó a aquel sitio, y ya se avistaba al ser, un perro de tres cabezas y cola de serpiente, que medía unos dos metros, se trataba de Can Cerbero. Orfeo sacó su espada para intentar derrotar al animal, sabía que no iba a ser fácil. El perro se lanzó sobre él, Orfeo clavó le hizo un corte en la zona del ojo, Cerbero se cabreó aún más y las tres cabezas se colocaron desde varios laterales del héroe. Orfeo resistió todo lo que pudo a las mordidas que le hacía el monstruo. El combate parecía inútil porque sabía que si no hacía algo pronto moriría en el intento, se alejó lo más que pudo de aquello, y sacó lo único que le daría una oportunidad, su lira, la tocó con todas sus ganas, la bestia empezó a quedarse tranquilo, y dejar su rabia apartada hasta quedar como un perro domesticado. Nada más el perro quedar en ese estado, Orfeo corrió dentro del palacio de Hades, tocó con las fuerzas que le quedaban en la puerta, tardó un buen rato, hasta que una mujer de largas melenas negras como el carbón, no se le veía el rostro porque lo tenía tapado con una máscara, la mujer lo invitó a entrar, los pasillos de aquel palacio estaban llenos de pinturas de pasajes mitológicos de la antigua era, derrepente, se oyó un grito al fondo "Perséfone", la mujer se inquietó, y se viró hacia Orfeo, y serenamente le dijo, "se a que vinistey mi señor Hades también lo sabe, por eso te hemos dejado entrar a este palacio", Orfeo, respondió "tú eres la hija de Deméter, la que pasa seis meses en este mundo y  seis en el otro" Perséfone asintió. Llegaron frente a la puerta de la sala donde se encontraba el rey de los muertos, abrió las puertas, y un mal presentimiento se asentó sobre el héroe cansado. Hades le ofreció quedarse toda la noche en una de las habitaciones del palacio, al día siguiente les ofrecería una serenata a él y a su esposa y entonces, dejaría a Eurídice que saliera con él del mundo de los muertos, pero con una condición, no podía mirarla en ningún momento durante el camino y tampoco hablar con ella hasta que saliera completamente del Inframundo. Durmió y descansó en una de las habitaciones, a la mañana siguiente, aunque parecía que era de noche por la oscuridad, Orfeo tocó una melodía ante la mirada espectante de Hades y Perséfone, que quedaron conmocionados ante tan bella serenata. Minutos más tarde Orfeo salió con su esposa reanimada dirección a la superficie, pero en ningún momento mirándola, y dudando durante  todo el camino si Eurídice seguía allí, o sí le habían engañado, cruzaron todos los lugares por los que había pasado anteriormente el héroe, cruzaron de nuevo el río donde estaba Caronte que con órdenes de su señor les dejó cruzar subidos a la barca. Cuando Orfeo salió de allí, viró la vista para volver a ver a su amada, pero ella aún tenía un pie dentro del límite entre el mundo de los muertos y el mundo de los vivos, y Eurídice se desvaneció en el aire, pero esta vez, para siempre. Orfeo no aceptó nunca la muerte de Eurídice, se lamentó eternamente por haber inducido a que ella volviera a desaparecer, y ya no había vuelta atrás, solo su música le consolaría.

lunes, 21 de mayo de 2012

Helios y Dafne

Cuenta la mitología, que Helios, dios del sol, de la música y de las arte, ce creía el mejor arquero allá donde los haya. Un día mientras caminaba por el bosque se encontró con Eros dios del amor, que tenía un pequeño arco con flechas de oro y de color plateado. Helios nada más verlo con aquellas flechas se burló creyendose mejor arquero que Eros. Eros enfurecido por tal ofensa, cogió su arco y lanzó dos flechas al aire, una dorada y otra plateada, la plateada cayó en una ninfa llamada Dafne que se encontraba en las cercanías, haciendo que odiara a Helios, la dorada cayó sobre Helios haciendo que se enamorara perdidamente de la ninfa. Apolo persiguió a la ninfa mientras ella se alejaba corriendo, hasta que un día Apolo estaba acercándose para agarrarla, Dafne al ver aquello pidió ayuda a los dioses, y la diosa Artemisa, diosa de la caza, transformó a la ninfa en un árbol. Helios quedó bajo el árbol llorando por la pérdida.

sábado, 5 de mayo de 2012

Experiencias de la vida

Vagaba por las calles sin rumbo, ya no sabía ni a donde ir. Sigo mi camino entre la oscuridad de la noche, tropiezo sin darme cuenta con una roca, me levanto y miro hacia el cielo oscurecido y me digo " parece que va a llover " no tarda mucho en que las gotas de agua caigan del cielo como cristales que no cortan, prácticamente no se veían pero se sentía. Corrí hacia una zona donde no me mojara, para no coger un resfriado, bajo un farola al lado de una tienda de Manufacturas me coloco para estar iluminado y no mojarme más, estrujo mis pelos negros que me llegan hasta los hombros, para quitar toda el agua, me quito la chaqueta y me la pongo en los hombros, me siento fundado en la pared detrás de la farola, alzo la vista al cielo y veo todas las estrellas alineadas en perfecta armonía, me tumbo como puedo en el suelo para intentar descansar, puesto que esta noche no volvería a casa, me había ido, mis padres y yo tuvimos una fuerte pelea, porque no les gustaba mis pintas, decían que no podía estar vestido tan oscuro, nunca les gustó mi forma de ser, siempre quisieron más a mi hermana porque sacaba mejores notas y yo siempre quedé en segundo lugar, ya era hora de que huya de aquello para poder ser yo, aunque signifique que tendré que trabajar para poder comer, pero no puede vivir con aquellos que me hacen sentir como si fuera un inútil, y que no hago nada bien, para ellos solo soy un bicho raro, mis abuelos no me aceptaban cuando ibamos a su casa, siempre le decían a mis padres que no podía ir así y porque me dejaban, y mis padres me miraban con mirada desafiante. Bueno no me quedaba otra, puede que aprendan la lección y me echen de menos, o quizás estén ahora de fiestas porque se le fue la oveja negra de la famia, aunque realmente ahora mismo me da igual. Cerré los ojos y tardé en dormirme pensando y pensando, pero al conseguirlo dormí profundamente.
Los rayos del sol me dieron en la cara nada más amanecer, y me desperté, estaba lleno de tierra, la gente pasaba por aquella calle y me miraba con cara como si de una escoria me trataba, el dueño de la tienda de manufacturas salió gritando "jóvenes como ustedes no podeis estar en la calle aquí, que sois unos borrachuzos" cogí rápidamente mi chaqueta y me alejé lo más que pude de aquel lugar por si acaso que llamase a la policía y tuviera que ir de nuevo a aquel infierno al que llamaba hogar. Mientras caminaba por aquella calle y me quitaba como podía toda la tierra y suciedad de mi cuerpo y me peinaba con los dedos el pelo para ponerlo más o menos, me encontré con mi mejor amigo que consideraba como mi hermano, que iba dirección al supermecado, me dijo que si le acompañaba, mi mejor amigo se llamaba Gabriel era de pelos marrones medios rizados, no lo tenía muy largo, pero podía llegarle a taparle un ojo, no se vestía como yo, era más normalito, y tenía un año más que yo. Le conté todo lo que había hecho y me comprendió pero me aconsejó que volviera a mi casa y que soportara, porque no iba a malgastar un tiempo por mi orgullo, yo no le hice mucho caso, pero escuché sus palabras. Terminamos de comprar y me dijo que como sabía que no me iba a tragar el orgullo fácilmente me invitó aquella noche a quedarme en su casa, que me prestaría una ropa limpia, para que no cogiera hipotermia, o algo peor. Llegamos a su casa, un piso al lado de la casa de los padres, pero donde vivía él solo prácticamente, entramos y me enseñó donde estaba la ducha para que me duchara, y me dio una ropa seca y limpia. Entré a la ducha, con decoraciones de Naruto " que raro ". Salí de la ducha y fui directamente a su cuarto, y me fijé que en la puerta estaba el dibujo que yo le regalé hace un tiempito ya. Gabriel con tono alegre desde el cuarto me dijo "va a venir mi novia" su novia era de tercero de la ESO para cuarto, era una chica bastante agradable, me caía bien, aveces hablabamos. Gabriel me enseñó donde me iba a quedar, decía antes de poder verlo que era una habitación como a mi me gustaba. Cuando avrió la puerta solo se veía una penumbra arroyadora, la única luz que se podía encender era una pequeña lampara que hacía que se pudiera ver un poco mejor, pero no cambiaba mucho. Esto realmente como decía él me encantaría, pero sabía que no podría quedarme mucho allí, mis padres sabrán en algun momento que estaré con él y también que no puedo aprovecharme de su caridad. Bueno´intentaré divertirme los pocos días que esté aquí, y si vienen mis padres me esconderé como el avestruz esconde la cabeza ante los depredadores.
Vino la novia, estuvieron ellos besandose mucho rato y hablando mientras yo cogí un libro de la estantería y me puse a leer, el libro se llamaba " sombras de nuestros antepasados " hablaba sobre todo lo malo por lo que el ser humano ha tenido que pasar y todo lo malo que ha hecho el ser humano que nos sigue afectando, era muy interesante la verdad, aunque me seguía retorciendo en el alma de que él puede estar feliz con aluien pero yo nunca le he gustado a nadie pero que se le va a hacer, terminé rápidamente de leerme el libro, cuando me di cuenta eran las tres de la mañana, ellos ya no estaban allí estaban dentro del cuarto, preparé la cena a esa hora y les toqué la puerta para que fueran a comer. Había preparado pasta y carne. Ellos dos salieron del cuarto medios desnudos, me imaginé que había pasado pero no dije nada por si acaso que se fueran a enfadar conmigo, comieron rápidamente y entonces nada más terminar pitó en la calle un coche, era para ir a recoger a los padres de la novia de Gabriel, que se fue, Gabriel con tono serio dijo, mañana es fin de semana así que me pongo el pijama y vamos a jugar a la Playstation 3, amanecimos jugando, estaba más en el reino de Morfeo que en la tierra, me levanté y le dije a Gabriel que no podía aguantar más despierto, y me fui a acostar. Me desperté a las 8 de la tarde, medio más para allá que para acá, parecía que tenía una resaca del día anterior, la cabeza me daba vueltas, parecía que el mundo se había dado la vuelta. Salí del cuarto con dirección al salón, me encontré a Gabriel con el teléfono en la mano, y con cara seria, le pregunté "¿qué pasa?" y el contestó " le dije a tu padre que estabas aquí cuando llamó porque tiene una mala noticia, coge el teléfono" cogí el teléfono, y apenas pasaron cinco minutos, mis lágrimas cayeron por mi cara, mi madre había sufrido un accidente, mientras cruzaba la calle, y estaba gravemente herida en el hospital, y que posiblemente quedaría poco para que echara su último aliento. Levanté la cabeza y con vos serena y triste le dije a Gabriel "gracias por permitirme quedarme en tu casa estos días, ahora me tengo que ir, no se como te lo podré agradecer", corriendo abrí la puerta y salí caminado hasta el hospital.
Nada más entrar al hospital, sentí escalofríos (sería por el aire acondicionado), fui al recepcionista y pregunté por Ángela del monte, diciendo que era mi madre, el recepcionista me indicó que era en la tercera planta habitación 125. Corriendo subí las escaleras hasta la tercera planta, por el pasillo de aquella planta había personas caminando, y enfermeros y enfermeras llevandolos a sus respectivas habitaciones. Aquella planta estaba limpia, parecía un espejo. "Aquí está" me dije, "habitación 125", y tragando saliva y las lágrimas entré a la habitación y vi el horror, mi madre repleta de cables por los que le metían oxígeno y demás cosas, para poderla mantener en este mundo. Mi padre que allí se encontraba con mi hermana, se sorprendieron al verme un poco, y más porque llevaba una ropa que no era mía, ni era de mi estilo, pero lo más raro es que nasa más verme se levantaron y me dieron un abrazo tan caluroso o incluso más que el calor del sol, las lágrimas se me salieron a cántaros, mi padre me dijo "no va ser salvada pero al menos que pase sus últimos momentos con su familia". A la mañana siguiente mi madre dejó de respirar, solo recuerdo que todo se torno de un negro efímero, bañado por las gotas de las lluvias, mi padre y mi hermana lloraron durante todo el día, esperando al entierro del día siguiente. Solo recuerdo de aquellos momentos, de que por un momento me sentí, parte de la familia.

viernes, 4 de mayo de 2012

Puede que....

Puede que no me conozcais, posiblemente no sabeis nada de mi, y si me conoceis poco sabreis, no cuento casi nada, pero lo que cuento es mucho, está cargado de historias triste e historias trágicas, pero no me juzgueis, siempre tras eso largos caminos oscuros hay un pequeño sendero que te lleva hasta un agujero en el techo por donde se cuelan algunos rayos de Helios. Quizás os pueda contar alguna historia más pero no quiero que sintais empatía por mi, no quiero que los demás sientan lo mismo que yo pero en medor medida, ni si quiera en mayor, por eso es mejor aveces no saber que saber. Quizás haya otra respuesta fiable a todo esto, pero tampoco son fiables al cien por cien, puede que siempre la respuesta a todo sea la misma, la siempre oscura respuesta, o quizás hayan más respuestas, pero es definitiva no hay mucho que conozcais de mi, y con lo que sabeis es suficiente, porque lo que guarda la Caja de Pandora quedará enterrado en ese ataud eternamente, y la vida seguirá fluyendo como el agua por el río pasando todos los obstaculos con proeza, hasta que se quede estancado y caiga en picado hacia el mar.

El paso

Lágrimas que como cataratas caen de mis ojos, pronto os tornareis rojas cual carmín, y correreis por el sendero del destino hacia el río Estigia por donde Caronte os guie con sus remos hasta el más oscuro y remoto lugar. El reino de Hades está más cercano de lo que crees, puedo asegurarte, solo in paso o dos, y el destino entre tormentas se pierde con la esperanza propia, puede haber un cambio de idea, no es provable que se cambie de idea. Las voces del inframundo me llaman, es hora de saltar al vacío y perder el miedo eterno del ser humano, naciones enteras se han inclinado ante Fobos y Tánatos, mostrando respeto pero temiendolos en el alma. Es la hora de dar el paso final.

¿Quiero?

quiero liberarme de estas cadenas, para poder volar como la golondrina en el cielo. Quiero una vela para poder iluminar mi camino, porque ya he perdido el rumbo, ya he perdido el camino y cualquier existencia. Quiero un ángel o un destello de luz que me haga sentir cerca de los dioses del Olimpo, aquí en la tierra no siento mi hogar, ¿quizas sea hora de tomar rumbo al cielo?. Quiero tomar de la rosa su veneno, para poder ver si hay un dolor peor que el que siento, quiero saberlo, y morir en paz o permanecer quieto.

¿Porqué?

porqué? me pregunto yo, esta vida se acaba alguna vez, porque seguir viviendo sin sentido alguno, porque no morir en el intento de seguir viviendo, porque sufrir cuando esiste el dolor, porque vivir solo cuando hay tantas personas que conocer, porque este mundo es bipolar y lo tachamos de tal al que lo es, porqué? esta es mi pregunta, esta es la razon por la cual la muerte, es la que indica el paso de preguntarte porque a preguntarle porque, ella te respondera, tu vida acaba y dejaras paso a otra. y yo dire, querido tanatos, llevame por el camino que siempre quise ir, y el sendero de la verdad absoluta, y la respuesta a mi porque?.